miércoles, 6 de mayo de 2009

Presentación



1 comentario:

  1. Ya de recién nacida sus ojitos inquietos recorrían la habitación del hospital con la viveza y la luminosidad del mar en calma... Desde entonces, esos ojos, esa mirada azul celeste, nos tiene a todos cautivados y con la baba caida.
    Querida Irene, que Dios te bendiga a tí y a tus papás. Os queremos mucho.

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